El tejido desgarrado

AutorJavier Sicilia

Peña Nieto y su gobierno son incapaces de ver que hay una relación directa del desarrollo económico -entendido, como lo señaló bien Eduardo Vázquez Marín en su artículo Patrimonio al garete (Reforma, 2 de agosto), en los reducidos términos de expansión de capitales y explotación sin medida de seres humanos, medio ambiente y culturas- con el desgarramiento del tejido social y la violencia. El ejemplo más próximo de esta incapacidad es la reciente destitución de Sergio Raúl Arroyo como director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El INAH fue creado en 1939,10 años antes de que la idea del desarrollo económico promovida por el presidente Harry Truman se extendiera como un incendio por el mundo. Su objetivo era detener otra forma perversa del enriquecimiento: la destrucción y el saqueo del patrimonio cultural del país, y hacer de ese mismo patrimonio una fuente de estudio y conocimiento para preservar la memoria histórica de México, sin la cual no hay vida común ni humana, no hay pertenencia ni, por lo mismo, tejido social.

Por desgracia, la noción de desarrollo, que adquirió una lógica demencial y salvaje a partir de los años 80, vio la defensa del patrimonio como un impedimento para alcanzar esa nueva promesa de felicidad y comenzó a atacarla. A inicios del segundo milenio, Sari Bermúdez, presidenta del Conaculta, impulsada por Vicente Fox, trató de reformar la ley para que el INAH perdiera su fuente de vida: la custodia del patri-monio y sus políticas de investigación en ese terreno.

La renuncia de Sergio Raúl Arroyo -que entonces fungía también como director del INAH y había logrado, contra la propia Sari Bermúdez y el entonces gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal, rescatar los grandes murales del Casino de la Selva que estaban a punto de ser destruidos por Costco y Comercial Mexicana- pudo frenar esa absurda reforma. Aún lo recuerdo con inmensa gratitud, en los momentos más álgidos de la defensa del Casino, visitándome para regalarme una copia de El uiolín y la aplanadora, de AndreiTarkovski.

Frente a esa lógica depredadora del desarrollo económico, que ha ido a la par del crecimiento de la criminalidad y de la violencia en México, el retorno como director del INAH de Sergio Raúl fue visto por muchos como una señal de que la apuesta de la administración de Enrique Peña Nieto por la reconstrucción del tejido social era seria: "el anuncio -escribe Eduardo Vázquez- de que el proyecto cultural que estaba por...

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