Las tensiones de los significados culturales. El precedente de Hebrón (Primera de dos partes)

AutorJorge Sánchez Cordero

En la actualidad Hebrón es la segunda ciudad más importante de Palestina después de Gaza. Enclavada en Cisjordania (Judea y Samaria para Israel) y de pequeña extensión, refleja las tensiones geopolíticas de la zona, pues en ella concurren diferentes soberanías, como las del propio Israel y de la Autoridad Nacional Palestina, además de que el desplazamiento cotidiano de su población civil se torna conflictivo por los diferentes puntos de control existentes en la urbe.

Amos Oz, uno de los más importantes escritores hebreos contemporáneos, ha dicho de Jerusalén, con razón, que tiene un exceso de carga histórica. Lo mismo puede asegurarse de la ciudad contigua, Hebrón, donde, al igual que en aquella, convergen las tres religiones monoteístas del Mediterráneo.

La trama cultural

Conforme a la tradición, Hebrón se fundó en el siglo XVIII a.C., época en la cual los hicsos, de origen semita, conquistaron Egipto y establecieron su capital en Tanis (Zoan en términos bíblicos), en el Bajo Egipto.

Pero es en la parte relativa a los Patriarcas en donde Hebrón cobra una gran relevancia para las religiones judía y cristiana. Cuenta el Génesis (Bershit en hebreo) que Abraham tuvo una aparición divina y ésta le ordenó ir a la tierra prometida (Gn. 1 al 3). De acuerdo con este mandato, Abraham partió de la ciudad sumeria de Ur con su esposa Sara y se establecieron en Canaán. Al morir ella, adquirió de Efrén el Hitita la cueva de Macpelá, frente a Mambré, hoy Hebrón, para sepultarla (Gn. 23: 7 a 16). A ese sitio se le llamaría la cueva de las tumbas dobles, ya que junto a Sara fueron sepultados su hijo Isaac, la esposa de éste, Rebeca, Jacobo y Lea. Es con esta transacción mundana, pero consecuencial, como se inicia la historia judía en la Tierra Prometida (Jerold S. Auerbach).

En Hebrón (Kiryat Arba conforme a la Biblia) las acrecencias históricas se yuxtaponen vertiginosamente; David la eligió para ser coronado rey de Judea y, posteriormente, de Israel. Entre sus motivaciones para elegirla figuró el hecho de haber tomado como una de sus esposas a Abigail, viuda de linaje calebita, con lo que aseguró su legitimidad monárquica (Jon D. Levenson).

Poco tiempo después el rey David trasladó a Jerusalén el Arca de la Alianza con el propósito de fundar la capital en un movimiento político trascendente, al sustraer la metrópoli del área de influencia de los grupos tribales antagónicos. Con el Arca, el Monte Moriá y el Akedá (atadura) la alegoría bíblica en la que Abraham, sometido a la voluntad divina, se aprestaba a ejecutar a su hijo Isaac, el rey David le aseguró a Jerusalén el vínculo con la era patriarcal (Carol Meyers).

En tiempos bíblicos Hebrón se consideraba levítica y...

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