Desde la tercera

¡¡¡¡¡REEESPETABLE PÚBLICO!!!!! Para todas y todos los involucrados en el arte de los costalazos, espero que ayer hayan pasado un espectacular Día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional Mexicano. No sé si recuerdan que hace unos años, nuestros chambeadores y bien remunerados legisladores aprobaron esta monumental y grandiosa propuesta que, si me preguntan, no ha provocado grandes transformaciones en beneficio de esta destacada, espectacular y legendaria disciplina.

O díganme ustedes, ¿en qué ha beneficiado a los gladiadores, en especial a los independientes, esta conmemoración, precisamente, en uno de los años más difíciles para el gremio? Probablemente el año más complicado que yo recuerde.

Un 2020 en el que, lamentablemente, debido a la maldita pandemia han muerto decenas de personajes de los cuadriláteros y en el que, desde marzo pasado, el número de funciones ha sido mínimo, por lo que las oportunidades laborales han resultado escasas.

Sí, recuerdo lo de las despensas que se repartieron, el tema de los préstamos o el de los apoyos económicos brindados a algunos gladiadores en la Ciudad de México, pero me parece que eso fue apenas una ayuda mínima ante la grave crisis y emergencia ocurrida durante este año complicado.

Podrá ser Día Nacional de la Lucha Libre, pero las condiciones para sus protagonistas (independientes, reitero) siguen siendo las mismas. No cuentan con un seguro médico específico en caso de los incontables riesgos de su profesión. A menos que sean grandes estrellas que puedan cotizarse de mejor forma por su trayectoria o impacto en la afición, las condiciones salariales para quienes no tienen tanto renombre no han mejorado mucho que digamos. Sé de muchos casos en los que los luchadores se presentan...

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