Toledo Vive

AutorRoberto Ponce

OAXACA, OAX.- Desde la tarde septembrina de Oaxaca, año 2000, antes de intentar partir a su exilio artístico en California, Francisco Toledo mira el siglo que pasó: "Lo más relevante es el muralismo. A mí me parece que es un movimiento único, muy importante con aportes no solamente para la pintura. Creó un entusiasmo que no se ha vuelto a repetir. Fue un buen momento en cuanto a la cantidad de pintores talentosos que aparecieron, y claro que no todos tenían la vocación de muralistas; pero pintores como Frida o como Francisco Gutiérrez, el mismo Tamayo, Mérida... Todos ellos que crecieron alrededor del muralismo, o que tuvieron en algún momento dado contactos con muralistas. Pienso que es el mejor momento que ha vivido México en este siglo."

Con el reportero en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, el IAGO, Toledo prepara uno de sus jardines públicos y una exposición de collages con viejas fotos pornográficas danesas.

-¿Qué legado dieron los muralistas a las nuevas generaciones?

-Creo que los muralistas hicieron muy buena pintura, y luego, el mensaje, todo este afán de enseñanza, una suerte de ca-tequización que fue importante. Porque de alguna manera en las escuelas hubo murales, en iglesias, en los conventos abandonados, en los palacios municipales, en fin... Sin hablar de la calidad; nada más hablando de cómo hubo un arte público que llegó al público. Esto creo que fue muy importante y claro, ahí hay de todo: malo, regular y bueno; pero yo creo que crearon una efervescencia que se extendió por toda América Latina, incluso en Estados Unidos. Esa influencia que ha tenido México en todo el continente nunca se ha vuelto a dar.

-Cuando hablamos del arte tras la Revolución Mexicana y el arte público, ¿dónde ubica su trabajo?

Toledo suspira y responde con su voz queda, delgada:

"Como obviamente estoy negado para los murales, pues nunca intenté nada. Abandoné alguno, pero realmente no estaba concebido como mural, porque fueron haciéndose pequeños fragmentos de la totalidad de un muro, o sea que nunca se pensó en una totalidad; más bien fueron ensayos a nivel de cuadros pequeños que después se fueron uniendo.

"Usted sabe que estoy propuesto para hacer el mural en el Palacio de Bellas Artes en México y no he podido con el proyecto. Incluso tengo ya las telas y el material que se debió haber usado para realizar estos murales y no puedo; son medidas que necesita uno: andamios, escaleras, ayudantes, gente que le pase a uno los colores. Hay gente...

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