Toma fuerza mini cártel

METRO/REDACCIÓN LA COLONIA Guayabitos en Tlaquepaque está convertida en un fortaleza, pero sus murallas no son de piedra y acero, sino de ojos, teléfonos celulares, cámaras de circuito cerrado y radiocomunicadores.

Así protege Francisco Campos Aybar, alias "Fausto", a su banda "Los Guerrero", quienes son dueños de alrededor de 150 casas donde se venden narcóticos, según revelaron a METRO fuentes policiacas que han investigado y combatido a la organización.

Centinelas en bicicleta, a pie, en casas o banquetas vigilan y escudriñan las polvorosas y en ocasiones malolientes calles de la colonia, listos para dar el pitazo a sus cómplices o vender la mercancía.

"Fausto", como el nombre del personaje de la novela de estilo romántico de Goethe, vendió su alma al diablo, pero no al Mefi stófeles de la obra creada inicialmente en 1808, sino a un "demonio" moderno y mucho más real: el narcomenudeo.

Según registros carcelarios consultados por METRO, "Fausto" tiene dos ingresos al penal con el nombre de Francisco Campos Aibar y Francisco Campos Aybar, sucedidos el 3 de agosto de 1998 y 1 de marzo del 2000 por delitos del fuero federal y común respectivamente, aunque no se especifi can de qué tipo.

Campos Aybar y su banda, formada principalmente por oriundos del estado de Guerrero, dominan el tráfi co de drogas en la zona sur poniente del área metropolitana de Guadalajara, revelaron los agentes policiacos consultados.

Jardines de Santa María, Nueva Santa María, Colonia Indígena, en San Sebastianito, parte de la Francisco I. Madero y una zona del Cerro del Cuatro son los territorios donde "el diablo" expande sus llamas.

Entre el polvo de las calles disparejas de la Colonia...

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