En torno al boicot electoral

De Santiago Cardoso Villegas

Señor director:

Entiendo que un diálogo fructífero sólo puede concebirse y articularse a la luz de la "tercera vía" y/o del "pensamiento débil" de Vattimo: "Frente a una lógica férrea y unívoca, (el pensamiento débil es) necesidad de dar libre curso a la interpretación (inteligencia de sentido); frente a una política monolítica y vertical del partido, necesidad de apoyar a los movimientos sociales transversales; frente a la soberbia de la vanguardia artística, recuperación de un arte popular y plural; frente a un (México) etnocéntrico, una visión (nacional) de las culturas". En cualquier escenario se buscaría una fusión de horizontes en el diálogo (Gadamer), como lo propicia este espacio.

La propuesta de unidad en torno al boicot electoral para las próximas elecciones se plantea en este contexto. Es una invitación para que, ejerciendo una plenísima libertad -si es que ésta es posible-, en las próximas elecciones los ciudadanos que estemos de acuerdo con la medida practiquemos un ejercicio político de repudio al sistema de representación actual y expresemos nuestro rechazo a un "gobierno" corrupto e insostenible, que no representa los intereses y los más caros anhelos de 99% de los mexicanos. Esta expresión de "desaire democrático" puede darse mediante la anulación de la boleta electoral o votando por un candidato independiente que pudiera tener una intención de representación fidedigna.

Ahora bien, desde el punto de vista de "la persona", a la dialéctica de espacio y tiempo que señala el Papa Francisco y a la que alude Miguel García Partearroyo (Proceso 2000) le correspondería el adjetivo de "cualitativa", porque no se trata del "allá y del entonces, sino del aquí y del ahora" en la intimidad. (Ignacio Solares; Kierkegaard.) En otras palabras, se trata de ser o no ser. A la luz de una vocación democrática que se precie de ser digna y congruente, ningún mexicano puede ni debe participar y avalar un proceso electoral en una antidemocracia, que en México alcanza su más pura expresión.

Desde el punto de vista del "Estado mexicano", la misma dialéctica de espacio y tiempo podría calificarse de "cuantitativa" con la esperanza de que el sentido del vector democrático y la razón de cambio apunte, dentro del espacio del diálogo, hacia el perfeccionamiento de la democracia que anhelamos y de la que nos encontramos a años luz.

Por lo anterior, en lo individual, la dialéctica de tiempo y espacio se articula en elegir...

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