Torturador impune

AutorGloria Leticia Díaz

“De pronto se me vienen imágenes de lo ocurrido y hasta lloro al recordar la tortura”, cuenta en entrevista con Proceso.

Mesina López, hombre de 52 años que entregó 25 a la Policía Municipal de Tijuana, forma parte de un grupo de 25 exmiembros de esa corporación que tienen demandado a Leyzaola por detención arbitraria, abuso de autoridad y tortura.

Entre el 21 y 27 de marzo de 2009, los 25 agentes fueron enviados al XXVIII Batallón de Infantería, adscrito a la II Zona Militar en Baja California, por órdenes de Leyzaola y del capitán Gustavo Huerta, entonces director general de Policía y Tránsito y ahora sustituto del teniente coronel al frente de la Secretaría de Seguridad Pública de esa ciudad fronteriza.

Exjefe de la delegación de policía de San Antonio de los Buenos, Mesina López recuerda lo vulnerable que se sintió cuando escoltas del capitán Huerta, “por órdenes del secretario Julián Leyzaola”, lo desarmaron a él y a otros dos de sus compañeros, Gerardo Garduño Escobar y Raúl Delgado Rivera, y los condujeron al XXVIII Batallón de Infantería.

En el cuartel militar, Leyzaola encontraría al resto de los 25 policías, quienes habían sido despojados de sus pertenencias, inmovilizados de pies y manos y cubiertos los ojos con cinta industrial.

Cuenta Mesina: “Lloro al recordar cómo unos tres hombres me golpeaban en el cuerpo: costillas, estómago, rodillas, muslos, mientras uno me ponía una bolsa de plástico en la cara para asfixiarme; luego los toques eléctricos en los genitales y después una pistola en el pecho mientras cortaban cartucho. Y más tarde, oigo la voz de una persona que dice a otra: ‘¿Cómo ves a estos cabrones?’… La voz de Julián Leyzaola”.

Los expolicías aseguran que fueron torturados para intentar obligarlos a firmar declaraciones donde se les hacía aceptar que tenían vínculos con el narcotraficante Teodoro García Semental, El Teo, y añaden que permanecieron arraigados durante 40 días en el mismo cuartel, conocido como “El Aguaje de la Tuna”. (Proceso 1701)

El testimonio de Mesina no es el único donde se refiere la presencia de Leyzaola en el momento de las torturas. Por lo menos otros 12 policías afirman haber advertido su presencia aun cuando tenían los ojos vendados; cuatro de ellos dicen haberlo visto cuando se les aflojaron los vendajes, sostiene el expolicía.

En sus denuncias, los exagentes han identificado a dos personas, apodadas El Tortas y Matute, como algunos de sus torturadores, así como al teniente Fernando Coaxin...

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