El triunfo del cinismo

AutorHéctor Tajonar

A pesar de la transición democrática y de las leyes e instituciones para aumentar la transparencia y la rendición de cuentas, la prerrogativa de determinar a quién se procesa por presunta corrupción y a quién no, la mantiene el presidente en turno. La novedad es que el jefe del Ejecutivo está involucrado en un claro conflicto de interés junto con su secretario de Hacienda, y ha tenido que salir en su propia defensa. Ninguna institución inició una investigación sobre el asunto, por lo que el propio mandatario emitió una orden: "¡Que nos investigue mi subordinado!". Cinismo institucionalizado.

Sustento (in)moral de la corrupción política y de su encubrimiento, el cinismo reinante propicia la cultura de la ilegalidad, impide la instauración del estado de derecho y erosiona aún más la deplorable calidad de nuestra democracia. El cinismo hecho gobierno provocó el rechazo ciudadano que derivó en una crisis de legitimidad cuya gravedad no ha sido entendida por una clase política cegada por la ambición megalómana de riqueza y poder. La popularidad del presidente se derrumbó junto con la credibilidad de las instituciones. Agravada la irritación social por las tragedias de Tlatlaya e Iguala, la sombra de ingobernabilidad cubre áreas crecientes del territorio y el espacio político nacionales.

El círculo vicioso del cinismo político tiene consecuencias nefastas en todos los ámbitos y niveles de la relación entre gobernantes y gobernados: violencia, inseguridad, desapariciones, incineraciones, violación de derechos humanos, corrupción electoral -compra clientelar del voto, pago subrepticio de cobertura informativa y financiamiento ilegal de las campañas a cambio de contratos-, connivencia de las autoridades con el crimen organizado, peculado, conflicto de interés, tráfico de influencias, lavado de dinero, moches y soborno como condición indispensable para realizar cualquier contrato con el gobierno, economía informal, bajo crecimiento de la productividad y el crecimiento económicos, desigualdad, así como magros resultados en el combate a la pobreza. Estos son algunos efectos de la corrupción impune cobijada por el cinismo.

La incertidumbre se ha apoderado de la nación, sin que el gobierno tenga conciencia de la dimensión del desafío que enfrenta, menos aun de cómo resolverlo. Por el contrario, los asesores del mandatario se han concentrado en la búsqueda de una fórmula jurídica para evitar que los abusos y corruptelas cometidos en las borrascosas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR