Trump y las armas

AutorOlga Pellicer

Haciendo gala de su escaso respeto por las normas elaboradas en el seno de la ONU, esta semana el presidente Donald Trump ha denunciado el tratado.

La decisión fue comunicada al Senado en una nota corta, según la cual el tratado no sirve a los intereses de Estados Unidos. "Por lo tanto he decidido retirarlo del Senado y solicitar, en consecuencia, que me sea devuelto". Tal desafortunada decisión fue dada a conocer por Trump en la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), en Indianápolis.

Hacer el anuncio en la NRA no es un asunto trivial. Se trata de una de las organizaciones más poderosas al interior de los sectores conservadores que apoyan entusiastamente a Trump. Éstos serán, al igual que lo fueron en 2016, quienes luchen por conquistar el poder político, y la NRA tiene gran influencia sobre ellos mediante el financiamiento que otorga a miembros del Congreso, tanto en la Cámara de Representantes como en la de los Senadores.

La NRA ha sido el principal opositor a las medidas para detener la posesión de armas, pese a los efectos tan dramáticos que la facilidad para adquirirlas ha tenido en actos que bien pueden calificarse de terroristas y como resultado de los cuales han muerto cientos de inocentes en atentados ocurridos -principalmente, aunque no únicamente- en centros escolares estadunidenses.

Lejos de pronunciarse por establecer controles que impidan el acceso a armas de alta peligrosidad, sin conocer el perfil de quien las adquiere, la NRA se esfuerza por generalizar su uso amparándose en una interpretación muy falaz de los derechos establecidos en la Segunda Enmienda de la Constitución de ese país, relativa al derecho a la posesión de armas.

Lo cierto es que el objetivo del tratado que Trump ha denunciado no se refiere a cuestiones internas. Es un documento internacional cuyo propósito es fijar lineamientos para guiar el otorgamiento de licencias comerciales de parte de los gobiernos a los exportadores y co-mercializadores de armas.

Con ello se busca asegurar que sean utilizadas de manera "responsable" por todos los involucrados en su venta y compra. Por responsabilidad se entiende, entre otras cosas, que no se utilicen en situaciones que propicien violaciones a los derechos humanos o en actividades que pongan en peligro la paz internacional, como el crimen organizado.

La denuncia del tratado ha merecido severas críticas en la prensa liberal. En su edición del 29 de abril, The Washington Post señalaba las...

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