Los últimos escollos

BOGOTÁ.- Nunca como ahora Colombia había avanzado tanto en un proceso de paz con las FARC. De hecho, el nivel de entendimiento entre los delegados del gobierno y del grupo insurgente comienza a producir una baja notable en la intensidad del conflicto armado y genera acciones propias de posguerra, como un programa de desminado en el cual militares y guerrilleros comenzarán a trabajar juntos este mes.

Todo ha fluido sin mayores contratiempos desde diciembre pasado, cuando las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) declararon un cese el fuego unilateral e indefinido. Hace unos días el gobierno del presidente Juan Manuel Santos respondió el gesto con una suspensión de los bombardeos aéreos, la cual será prorrogada cada mes si el grupo armado respeta, como hasta ahora, el compromiso de no realizar acciones ofensivas. Esto ha llevado al país a tener los más bajos índices de violen-cia provocada por la guerra interna, en 30 años.

Y mientras en Colombia el debate político se centra en lo que debería o no ceder el gobierno para terminar de negociar la paz, en la capital cubana, sede de los diálogos entre el gobierno y las FARC, inició sus labores una subcomisión técnica en la que cinco generales, un almirante y una decena de comandantes guerrilleros discuten el cese del fuego bilateral y definitivo, la dejación de armas y la reincorporación de los guerrilleros a la vida civil.

Hasta Estados Unidos, que considera a las FARC una "organización terrorista", decidió dar un respaldo contundente al proceso de paz y designó al político demócrata y exsecretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Bernard

Aronson, "enviado especial" en los diálogos de La Habana.

El exfuncionario, quien participó activamente en negociaciones similares para El Salvador (1989-1992), sostuvo que los colombianos ya están listos para la paz y él hará lo posible por ayudar a lograr un acuerdo que ponga fin a medio siglo de guerra interna.

El exnegociador de paz del gobierno de Guatemala, Héctor Rosada-Granados, cree que los diálogos entre el gobierno colombiano y la guerrilla más antigua y poderosa de América Latina llegaron "a un punto de no retorno, que es cuando las partes están decididas a avanzar hasta el final y negociar el cese al fuego y la dejación de armas.

"Esto es lo que marca el principio del fin de la guerra", dice a este semanario el doctor en ciencias sociales por la Universidad de Utrecht y consultor internacional en temas de seguridad y justicia.

Incluso el líder empresarial y presidente del Grupo Bancolombia, Carlos Raúl Yepes...

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