La ultraderecha se acerca al abismo

AutorFrancisco Marín

VALPARAÍSO, CHILE.- La Unión Demócrata Independiente (UDI) -el partido más importante del entramado institucional y económico de la dictadura de Augusto Pinochet- parece estar en crisis terminal.

El caso Penta -trama de sobornos, cohecho y financiamiento ilegal de campañas políticas, donde los favorecidos son parlamentarios y altos funcionarios del gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014) vinculados con ese partido- ha terminado por socavar el apoyo a la derecha chilena. Según una encuesta de la consultora Adimark publicada el martes 3, la aprobación a la Alianza por Chile -coalición de la UDI y Renovación Nacional- es de sólo 11%, con 78% de abierto repudio. Nunca en su historia ese sector había registrado peores resultados.

Caso Penta

La crisis comenzó a partir de la revelación de un fraude menor: El cometido por el fiscalizador del Servicio de Impuestos Internos (SII) IvánÁlvarez. El ilícito consistía en modificar las declaraciones tributarias de años anteriores a ciertos contribuyentes. Así, éstos pedían que les devolvieran dinero, obteniendo con ello restituciones irregulares de impuesto a la renta. Álva-rez detectó un vacío en el sistema compu-tacional que hacía posible el fraude.

El primer "cliente" de este ilícito fue el contador Sergio Díaz, a quien Álvarez conoció a mediados de 2009. Aquél le entregó sus claves de internet del SII y, fruto de ello, el servicio de impuestos le giró una no despreciable cantidad. Fue así como ambos comenzaron a tejer una red que alcanzó a tener 122 "clientes".

En 2011 el negocio llegó a oídos de Hugo Bravo, a la sazón gerente general de Penta, uno de los grupos económicos más poderosos del país. Éste consiguió hacerse, a través del sistema inventado por Álvarez, de cerca de 500 mil dólares en ganancias ilícitas.

El castillo comenzó a desmoronarse el 12 de octubre de 2012. Ese día llegó una denuncia anónima al Departamento de Delitos Tributarios del SII, en la cual se daba cuenta del esquema usado porÁlvarez para defraudar al fisco y se entregaban nombres de 47 contribuyentes que habían recibido dinero ilícitamente.

Enterado de que estaba siendo investigado, Álvarez renunció al SII en diciembre de 2012, y a principios de 2013, asesorado por abogados, decidió declarar voluntariamente y autoinculparse.

El 14 de agosto de 2013 el SII presentó ante el Ministerio Público una denuncia por este caso contra Díaz y Álvarez. Un mes después asumía la investigación el jefe de la Unidad de Delitos de Alta Complejidad del Ministerio Público, el fiscal Carlos Gajardo, quien ha mostrado ser un auténtico sabueso y ha declarado "no temer a los poderosos".

El 3 de diciembre de 2013 Gajardo, con autorización del Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, ordenó la detención de Díaz, Álvarez y otras dos personas implicadas en este fraude.

En julio de 2014, poco antes de morir de cáncer terminal, otro de los implicados, Jorge Valdivia, el martillero público...

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