Umberto Saba y una noche oscura

Frontera entre el mundo latino, el eslavo y el germánico, Trieste es muchas cosas. Para nosotros como lectores evoca sobre todo a James Joyce, a ítalo Svevo y a Claudio Ma-gris; pero en primer término lo relacionamos con Umberto Saba (1883-1957) que es y será siempre el poeta de Trieste.

Hay otra relación más íntima y doloro-sa. Cuando el mariscal Forey ocupó la Ciudad de México, una junta de espectros fue a ofrecer el trono de México a Maximiliano. Como gobernador del Lombardo-Véneto el archiduque de Austria residía en el castillo de Miramar, muy cerca de Trieste. Era también el comandante de su armada pues el imperio austríaco no tenía más puerto que el Trieste adriático.

Saba fue contemporáneo de los tres grandes poetas italianos del siglo XX. Nunca alcanzó el Premio Nobel como Salvato-:re Quasimodo y Eugenio Móntale ni tuvo la celebridad de Giuseppe Ungaretti; sin embargo, jamás le han faltado grupos minoritarios de lectores en muchas partes del mundo. Es un poeta íntimo que parece hablar en voz baja a quien se acerca a sus versos. Si en Argentina su más activo traductor y crítico es Rodolfo Alonso, en México ese papel corresponde a la amplia ygenerosa la-bor de Marco Antonio Campos, quien ha llevado su devoción por Saba a recorrer todos los lugares de su poesía.

La noche oscura del siglo pasado tuvo en Saba el más discreto y marginal de sus intérpretes, pero también uno de los más hondos. Fue desde su nacimiento una víctima de la historia. Sacó de sus desdichas la fuerza necesaria para transformarlas en el triunfo artístico de sus poemas.

Al nacer Saba su padre italiano abandonó al niño y a su esposa judía. Creció en la casa de su aya eslovena y al regresar al medio materno se encontró un mundo ajeno al que nunca pudo adaptarse. Inició y abandonó estudios literarios en la Universidad de Pisa. Pasó cinco años en Florencia para adueñarse de la cultura italiana.

De regreso a Trieste publicó su primer libro, Poesie, adoptó un apellido que en hebreo significa “harina”, se casó con Carolina Wölfler. (En sus poemas aparece como Lina.) Tomó parte en la Primera Guerra Mundial aunque no en el frente de batalla. Terminada la contienda abrió en su ciudad natal la Librería Antigua Moderna y en 1921 apareció por vez primera Il Canzoniere,el cual en sucesivas ediciones iba a compilar todos sus poemas. La última, póstuma, salió en 1960.

Fue uno de los primeros escritores que se sometieron al psicoanálisis.

Cuando Mussolini cedió al fin a las...

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