La refundación del Estado unitario

AutorJesús Cantu

Como sucede desde hace más de 156 años, constitucionalmente México será una federación, pero su estructura será la de un Estado unitario. La diferencia es que ahora la simulación sí se traduce en el arreglo institucional y se legaliza.

Durante los 12 años de alternancia en el Ejecutivo federal los gobiernos estatales ganaron en márgenes de maniobra y duplicaron su participación en el gasto público como unos de los principales beneficiarios de la bonanza petrolera (por la vía de los precios, aunque en los últimos años empezó a declinar la producción). Todo indica que ahora comenzará su decrecimiento, tanto por la caída en los ingresos petroleros como por las nuevas disposiciones del presupuesto de egresos.

La primera embestida del actual gobierno se concretó -incluso antes de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto- con las facultades asignadas a la Secretaría de Gobernación por la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, cuya fracción XX señala que dicha instancia tiene la atribución de "desarrollar políticas orientadas a prevenir el delito y reconstruir el tejido social de las comunidades afectadas por fenómenos de delincuencia recurrente o generalizada, y aplicarlas en coordinación con las autoridades competentes federales, estatales y municipales..."

Es decir, en el extremo puede llegar a aplicar esas políticas sin tomar en cuenta a las autoridades estatales o municipales: el gobierno federal ejerciendo directamente gasto público sin ninguna coordinación con los estatales ni municipales.

Pero hay más: las iniciativas de reformas en materia de transparencia y combate a la corrupción les dan a las instancias federales (o mejor todavía, nacionales) atribuciones específicas sin considerar a las estructuras y organismos estatales y municipales, con lo cual de hecho vulneran sus autonomías.

En la iniciativa de reforma a la Ley de Coordinación fiscal, el gobierno nacional propone transformar el actual Fondo de Aportaciones para la Educación Básica en Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gasto Operativo: de hecho y de derecho se vuelve al esquema anterior a la descentralización educativa -iniciada en el sexenio salmista-, se les quita a los gobernadores el control de los pagos al magisterio y por ende se acaba la doble negociación salarial, que tan buenos frutos les rindió a los profesores, quienes en términos reales triplicaron sus salarios y prestaciones.

En el mismo tenor, las dirigencias y legislaturas del PAN y del PRD...

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