Mientras usuario pierde, los transportistas ganan

METRO / Staff

LOS LÍDERES de la Alianza de Camioneros afirman que el transporte público no es un negocio, pero Jorge Higareda y su familia conservan sus concesiones individuales y junto con otros socios se han beneficiado de nuevos permisos, como líneas de transporte de lujo y la concesión para el Macrobús.

Dos listados de las concesiones del transporte, uno del 2007 y otro del 2012, revelan que Jorge Higareda Magaña, sus hermanos y sus hijos, han conservado 23 concesiones de camiones en rutas como la 27-A, 50 y 52.

Tienen unidades en la ruta 176, que va del Centro tapatío a la zona del Aeropuerto, siguiendo el trazo que seguiría la Línea 3 del Macrobús, por la Avenida Revolución y la Carretera a Chapala.

Esta familia también obtuvo concesiones en la ruta 380 que recorre todo el Periférico y que está entre los trazos para incorporar líneas de transporte masivo.

La Ley de Vialidad establece que una persona puede tener hasta tres concesiones, pero no hay restricciones para que sus familiares también pueda poseer.

Además de los ingresos que obtienen como transportistas, los Higareda, como administradores de la Alianza de Camioneros, recibían a mediados de sexenio un promedio de 4 mil 800 pesos al mes por cuotas de cada una de las más de mil 300 unidades, de acuerdo con recibos distribuidos entonces por la organización Conciencia Cívica.

Esto representa ingresos de más de 6 millones de pesos al mes y más de 74 millones al año, suficientes para adquirir de contado 60 unidades nuevas por año.

De los casi 80 mil...

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