La víctima mexicana de Pinochet

AutorRafael Croda

La redactó en las penumbras de una mina de carbón abandonada en la precordi-llera de Los Andes, en el norte de Chile. Allí se escondía junto con su esposo Bernardo, de nacionalidad argentina, y su hijo Ernesto, de dos años y medio. Intuía que los militares que les seguían el rastro estaban cerca. No se equivocaba.

La búsqueda de los "extremistas extranjeros" era desaforada. La consigna era ubicar a esa familia por cualquier medio y proceder de acuerdo con el plan de extermino que desarrollaba en todo Chile el régimen militar encabezado por el general Augusto Pinochet.

Patrullas militares del regimiento Arica de la ciudad de La Serena, capital de la IV Región, buscaban a los "extremistas" en la zona de Vicuña, población ubicada 383 kilómetros al norte de Santiago donde vivían María del Rosario Ávalos Castañeda, Bernardo Lejder-man Konujouwskay su pequeño hijo Ernesto, desde principios de 1973. Ahí Bernardo trabajaba como asesor del gobernador del Elqui, Jorge Manuel Vásquez Matamala, integrante de la Unidad Popular (UP), la coalición izquierdista de Salvador Allende.

Cinco días después del golpe militar, Vásquez Matamala fue detenido y ejecutado. La familia Lejderman Ávalos se mantuvo oculta en casas de diferentes amigos en Vicuña durante más de un mes. Al estrecharse el cerco se refugiaron en un túnel del ferrocarril cercano al pueblo de Guallihuaica (12 kilómetros al oeste de Vicuña), donde vivieron en condiciones paupérrimas.

Con la ropa que traían puesta, un par de cobijas, dos bolsas con alimentos y Ernesto en brazos, a finales de noviembre emprendieron una lenta y extenuante marcha por la precordillera hasta encontrar una pequeña cueva en la pendiente de un cerro. Era una pequeña mina de carbón en desuso. A Bernardo le pareció que esa cavidad en la solitaria Quebrada de La Angostura era un lugar seguro para esconderse mientras conseguía un arriero que los cruzara a Argentina, su país, apenas al otro lado de la Cordillera de Los Andes, la cual es menos inhóspita en el verano austral, que ya se aproximaba, porque comienza el deshielo.

Un día, explorando el área, Bernardo descubrió al campesino Luis Ramírez labrando su sembradío en esa remota zona precordillerana. Lo llevó a la cueva, donde el labriego vio a Ernesto famélico, sin zapatos, y accedió a bajar a Guallihuaica por algunos víveres para la familia.

En pocas horas, la delación de un taxista hizo que Ramírez cayera en manos de militares al mando del capitán Fernando Polan-co...

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