El Valedor / Alcahueta oficiosa, la 'internet...'

Pornografía, prostitución, Exposex y sex-shops, como los nombran los colonizados. Que el erotismo, afirma Octavio Paz, se ha comercializado; que prostitución y pornografía, actividades artesanales en el pasado, hoy forman parte de la economía del consumo: que no alarma su existencia sino las proporciones que han asumido no ya como transgresiones sino como mercaderías. "Y si no (ironizó en la tertulia el maestro), que lo diga la denominada internet, esa alcahueta oficiosa del trafique de aguayones y entrepiernas que pone a la disposición del adolescente como a la impotencia decrépita de los ancianos de espíritu".

- Bueno, sí, mucho mentar entrepiernas y ora sí que aguayones, ¿verdá? Pero, o sea, ¿va a ser, cuando menos, una lección ilustrada? Fotos, peliculitas, algo de algo, ¿no? -El Síquiri.

Obra de consulta en mano y sin caer en la provocación, el maestro siguió la cita de Paz ante unos contertulios atentos a un asunto que, como este de la pornografía y la prostitución, tanto ha logrado degradar a su víctima predilecta: la mujer. Y a propósito, ¿lo recuerdan ustedes? A todo vozarrón lo juraba Negrete, y qué orgullo para los machos: "Dicen por ái - que Dios hizo a la mujer - para regalo del hombre..." Sublime. El poeta ensayista:

"Para comprender la situación compárense dos políticas en apariencia opuestas pero que producen resultados semejantes. Una es la estúpida (¡la estúpida, afirma Paz!) prohibición de las drogas, que lejos de eliminar su uso, lo han multiplicado y ha hecho del comercio uno de los grandes negocios del siglo, tan grande y poderoso que desafía a todas las policías y amenaza la estabilidad política de algunas naciones. Otra, la licencia sexual, la moral permisiva: ha degradado a Eros, ha corrompido a la imaginación humana, ha resecado las sensibilidades. ¿Qué ha hecho de la libertad sexual? No pido el regreso de la odiosa moral de las prohibiciones y los castigos: señalo que los poderes del dinero y la moral del lucro han hecho de la libertad de amar una servidumbre". Lo dicho: el Imperio hizo de Eros un empleado de Mammon.

- O sea -el juguero-: yo a ese mamón como que quiero reconocerlo, ¿pero al tal Eros? ¿Ese mono quién es, digo..?

- Erotismo. El acto sexual es siempre el mismo y siempre dice lo mismo: reproducción. Tal es el medio con que, impulsados por la libido, racionales e irracionales generamos la vida. Estos están determinados por el instinto, que en el tiempo del celo los impulsa, cada especie con su rito...

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