El valedor / ¡Secuestrado!

Ese cáncer que corroe la viva entraña de la sociedad. Los primeros amagos de la industria nefanda no presagiaban una tan escalofriante virulencia. Más inclinados hacia el esperpento, los inicios de la práctica espeluznante se percibían todavía inocentones, aunque ya con amagos de crueldad. Hace cuatro décadas, los ensayos de tal horror. La nota de 1977:

"En lugar de que el secuestro los hubieran sacado de pobres, les causó gastos por más de 500 pesos. Patricio y su hermano, de 34 y 18 años, plagiaron a Fernando, a quien durante 72 horas le dieron de comer.

Este secuestro es el más 'simpático' de todos en los que ha intervenido la policía. El secuestrado fue sacado de su casa no con engaños, sino con súplicas. Confesaron los detenidos que cuando tuvieron en su poder a Fernando le dijeron 'estás secuestrado'. Lo llevaron al pueblo hidalguense de Pino Suárez, donde le dieron alojamiento y sustento. Nunca estuvo incomunicado; su estancia la aprovechó para conocer el poblado y los familiares de sus secuestradores, quienes le hicieron fiestas de 'bienvenida'.

Al día siguiente pidieron a la esposa de Fernando que solicitara a la empresa 250 mil pesos como rescate. Tres días y no recibieron respuesta; al desesperarse, el propio Patricio fue hasta la casa de la esposa de Fernando y le dijo que a su marido lo alimentaron bien. Que por lo menos le pagara los 500 pesos que habían gastado". Todo inútil.

Noticia de 1976: "A la señora Marta LC. le secuestraron a su hijo menor de edad. La nota:

"Tenemos secuestrado a su hijo, y si coopera con la cantidad abajo especificada no le pasará nada a su mocoso. Adelante se le dirá cómo y cuándo y lugar. Será frente a la escuela 164; cómo: puros billetes de a (y la denominación) dentro de una bolsa rellena de papeles. Si no lo cree mire lo que...

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