El Valedor / Como lo ven chiquito...

- Ese es el favor que le pido -me pidió el maestro en la tertulia de anoche, y ahí el escándalo:

- Favor tan méndigo -la tía Conchis-. ¿No se me andará usté volviendo de los otros? -Se abochornó-. Yo me refiero a la plaga esa de hinchas, los fanáticos, la perra brava...

Ahí, grave, el maestro:

- Nada extraordinario le solicito aquí a nuestro Valedor: que en su columna de METRO transmite un recado mío para Manuel Lapuente, entrenador de la selección de futbol. Nada más.

- Pero si usted de futbol no sabe ni Tula.

- Y apoco Lapuente sí.

- Pero si el fuerte de usté es la politiquería zarrapastrosa del difuntito, o sea el PRI-Gobierno.

- Precisamente el fuerte del entrenador, qué coincidencia.

Achis, achis. Eché a andar la grabadora. "¿Cuál es su mensaje?"

Se aclaró la garganta. "Señor Manuel Lapuente, entrenador de la selección mexicana de futbol: ante representantes de radio, t.v. y periódicos lo afirmó usted el pasado lunes, 4 de los corrientes: Soy el mejor. Nadie, en la historia del futbol mexicano, ha hecho lo que yo al frente de la selección. Nadie ha ganado los títulos que yo he ganado. Mi deuda ya está saldada. Siguió el maestro:

"Señor Lapuente: no se midió. Lo que le falta de colmillo futbolístico le sobra de colmillo político. Colmillo largo y retorcido, casi tanto como su lengua, porque oiga usted: hace años y en mala hora le pusieron en las manos un equipo en crisis recurrente, todo resquebrajado, un conjunto de matalotes del juego sucio, vulgar, pacatón y mediocre, pero con el que se hacen jugosos negocios manipulando a la perra brava con el falso nacionalismo y los símbolos patrios en sucia promiscuidad con sellos y logotipos de alcohol, de cerveza, de cocacola. ¿Juegan ustedes por México? ¡ Por el sueldo y las primas! ¡En dólares! ¡Mé-xi-co!"

Los contertulios, oyendo. Chapeteos al gordolobo.

"Una pacota de equipo el de México, siempre mediocre en la cancha, vulgar, del montón. Pero eso sí: sueldo altísimo para usted y sus matalotes. En moneda nacional, o sea dólares. ¿Y de dónde salen los dólares, don Manuel? De los bolsillos, raquíticos, del aficionado, que a fin de cuentas es el que viene pagando los gastos, siempre al pie del cañón, que así lo mantienen manipulado, efervorizado y en efervecencia, los meroli-cronistas...

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