El Vaticano, en bancarrota financiera

AutorBernardo Barranco

El libro también establece que debido a la crisis de abusos sexuales, las donaciones enviadas al Vaticano se han reducido en 2018 a 51 millones de euros (56.9 millones de dólares), en comparación con 101 millones de euros (112.7 millones de dólares) en 2006. La obra de Nuzzi no es contra Francisco, al contrario, apoya sus intenciones de saneamiento y transparencia. Sin embargo abre un flanco de vulnerabilidad que se suma al constante acoso de los ultraconservadores que en todo momento atacan al pontífice con actitud cismática. Y lo ridiculizan, especialmente ahora, caricaturizando las "excentricidades" del Sínodo para la Amazonía.

El texto de Nuzzi fue descalificado por el Vaticano: "No hay peligro de un impago. Sólo existe la necesidad de una revisión de gastos. Y eso es lo que estamos haciendo", declaró Nunzio Galantino, presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA).

Sin embargo, cada vez que Nuzzi destapa algo, las estructuras de la curia lo resienten y se tambalean.

El libro afirma que los problemas financieros del Vaticano se deben a la mala gestión de su cartera de inversiones y de sus propiedades inmobiliarias por parte de la APSA.

El autor revela que los documentos que obtuvo prueban que de las casi 3 mil propiedades de la APSA, 800 edificios están vacíos, mientras que otros se ocupan sin cargo. "La Santa Sede tiene propiedades", afirma Nuzzi, "por un total de 2 mil 700 millones de euros en todo el mundo". La mala gestión de las propiedades, agrega, resultó en una pérdida de 25.1 millones de dólares en 2018.

Un segundo factor que ha minado la estructura financiera de la Santa Sede es la corrupción, los continuos escándalos de manejos turbios y de abuso de los recursos de la Iglesia por parte de altos miembros de la curia romana que tienen diferentes nombres y cargos en el tiempo. Desde Roberto Calvi, el banquero del Vaticano que apareció ahorcado en un puente de Londres en 1982. Recordemos el caso de monseñor Paul Marcinkus, a quien Juan Pablo II protegió de la justicia italiana escondiéndolo en el Vaticano y cuyos dos principales aliados de la mafia lo encubrieron por operaciones financieras turbias.

Desde hace 40 años se desconfía del Vaticano por lavado de dinero, al grado que la Unión Europea endureció medidas. Y hay escándalos vergonzosos, como el deTarcisio Bertone, secretario de Estado de Benedicto XVI, quien construyó y remodeló su lujoso apartamento -que incluyó una piscina- en Roma con los...

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