El Vaticano se libra de Onésimo

AutorRodrigo Vera

De manera violenta y abrupta, el Papa Benedicto XVI le quitó la diócesis de Ecatepec al obispo Onésimo Cepeda debido a su vida mundana, a sus múltiples escándalos y a las denuncias que lo acusan de ser un defraudador sin escrúpulos. Todos estos hechos dañaban la imagen de la Iglesia católica en México desde hacía años.

La oficina de prensa del Vaticano dio a conocer la decisión el lunes 7 en un escueto comunicado. Ahí se señala que, de acuerdo con el canon 401 del Código de Derecho Canónico, Cepeda pasa a retiro por haber cumplido 75 años, edad en la que todo obispo debe presentar su renuncia.

El Papa aceptó su dimisión tan sólo mes y medio después de que el polémico prelado hizo el trámite, el pasado 25 de marzo. Generalmente pasan meses o años. Además es común que antes de pasar al retiro el obispo saliente ya tenga sustituto, y si no lo tiene, se queda temporalmente como "administrador diocesano" mientras se designa al nuevo obispo.

Con Cepeda no sucedió así; el Papa lo quitó abruptamente de su diócesis sin haber nombrado a su sucesor ni mantenerlo temporalmente como administrador de la diócesis. De ésta salió, por votación, el nombramiento del vicario Blas Flores Montes como sucesor.

Al respecto señala el especialista en asuntos eclesiásticos Bernardo Barranco: "Fue muy violenta y muy atípica la manera en que se le quitó la diócesis de Ecatepec a Onésimo Cepeda. El Vaticano no guardó las formas. Se ve que ya tenía prisa por sacarlo de la jugada. El mismo Onésimo no se esperaba este golpe fulminante. En sus expectativas estaba el haberse quedado un par de años más al frente de la diócesis".

-¿A qué atribuye este duro revés contra Onésimo?

-Creo que la razón principal son los escándalos en que siempre anda metido, los cuales dañan la imagen del episcopado mexicano. Él último de ellos es la denuncia penal en que se le acusó de obtener fraudulentamente una multimillo-naria colección de arte, aparte de otros líos financieros que trae en su calidad de empresario.

"Onésimo siempre llevó una vida mundana y frivola; en su juventud fue rockero, torero, parrandero y corredor de bolsa. Luego se metió al sacerdocio, donde siempre procuró colocarse al lado de los poderosos. Es un obispo cortesano obsesionado enfermizamente por el poder, el dinero y los reñectores. Su estilo bravucón choca con las formas sedosas del Vaticano, que ya no le tuvo más paciencia y le aceptó rápidamente su renuncia".

-¿Y por qué no le habrá nombrado un sucesor antes de sacarlo de la diócesis?

-La misma personalidad de Onésimo no se presta para que le hayan puesto, por ejemplo, un obispo coadjutor con derecho a sucederlo, ya que lo hubiera boicoteado, ocasionando un proceso muy farragoso para la Iglesia. Onésimo, de por sí, también tenía problemas con sus sacerdotes y su feligresía. Ahora que está fuera, la tarea será reorganizar esa diócesis, que es la más poblada del país.

Barranco contrasta el caso con el del cardenal Juan Sandoval íñiguez, quien presentó su renuncia a...

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