El Vaticano, última esperanza del "Aquarius"

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- ¿Aceptará el Papa Francisco salvar al Aquarius? ¿Será la bandera del Vaticano la que le permitirá seguir rescatando a refugiados e inmigrantes que han naufragado en el Mediterráneo?

Hace sólo dos semanas estas preguntas eran insólitas. Hoy el Vaticano aparece como una de las pocas esperanzas que le quedan al barco de ayuda humanitaria. Fletado en febrero de 2016 por SOS Mediterráneo y Médicos sin Fronteras, el Aquarius ha salvado de la muerte a 29 mil 523 personas, la cuarta parte de las cuales son menores de edad. Sus operativos de auxilio y su papel de testigo del destino trágico de quienes huyen de las guerras y de la miseria exhiben cada vez con más fuerza la falta de humanidad de la política antimigratoria de la Unión Europea.

El Aquarius llevaba meses aguantando sordas presiones políticas, pero todo se agudizó el pasado junio, cuando Matteo Salvini, ultraderechista ministro del Interior de Italia, le impidió atracar en los puertos italianos para desembarcar a sus pasajeros. Siguió de inmediato su ejemplo Joseph Muscat, primer ministro liberal de Malta, quien a su vez prohibió al barco anclar en el puerto de La Valette.

El Aquarius navegó sin rumbo siete días -del 10 al 17 de junio- con 629 refugiados extenuados a bordo antes de ser acogido en Valencia.

Dos meses después, el 13 de agosto, Gibraltar empeoró su situación al cancelar repentinamente la matrícula del barco humanitario, que hasta esa fecha no había tenido nunca el mínimo problema con las autoridades marítimas de la isla británica. Y Panamá le asesto otro golpe a finales de septiembre pasado al anunciar súbitamente su decisión de revocar el registro que le acababa de otorgar.

"Estado delincuente"

Entrevistados al margen de una conferencia de prensa que dieron el 24 de septiembre, Francis Vallat, presidente de SOS Mediterráneo Francia, y Frédéric Penard, director de operaciones de esta organización no gubernamental (ONG), detallan a la corresponsal las múltiples maniobras que buscan inmovilizar al Aquarius, el último barco humanitario activo en el Mediterráneo central.

Explica Penard: "El pasado 21 de septiembre las autoridades marítimas panameñas le anunciaron por correo electrónico a la compañía Jasmund Shipping, armadora del Aquarius, que después de intercambiar comunicaciones con Roma habían optado por quitarle su pabellón a nuestro barco.

"Dice textualmente uno de los párrafos de ese correo electrónico: 'Desafortunadamente es preciso excluir al Aquarius de nuestro registro porque mantener esa bandera implicaría serias dificultades para el gobierno panameño y para la flota panameña que trabaja en los puertos italianos y europeos'."

Toma la palabra Vallat: "Eso se llama chantaje. Ni más ni menos. Panamá tiene el...

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