Vega-Gil en el recuerdo de Lalo Barajas

AutorRoberto Ponce

Sorpresa, consternación y escándalo provocó el lunes 1 la noticia del suicidio del músico Armando Vega-Gil, 14 horas después de ser delatado anónimamente de supuesto acoso sexual por una mujer en #MeTooMúsi-cosMexicanos, plataforma femenina que cerró su foro en TWitter el miércoles 3 tras el funeral del bajista y cantautor de Botellita de Jerez.

Expone el promotor cultural Eduardo Barajas:

Convivimos mucho, fue un cuate con muy buen humor y ánimo, con muchos planes y proyectos, así que nos ha desconcertado la decisión que tomó de suicidarse luego de que lo acusaran justo por esa razón, si bien defendió su inocencia. Evidentemente hay una gran descomposición en nuestra sociedad; pero también pienso que los linchamientos públicos hoy a través de internet y ya desde los tiempos medievales son efecto de una barbarie en sociedades con serios problemas de injusticia e ilegalidad.

-¿Cómo conoció al Cucurrucucú Armando Vega-Gil?

-A comienzos de los años ochenta, antes de que en 1983 formara con Sergio Arau, El Uyuyuy, y Francisco Barrios, El Mastuerzo, el variadísimo trío de charrocanrrol Botellita de Jerez, conjunto parteaguas del rock nacional.

Yo era productor de la televisión cultural, y Héctor Ibarra González era director de producción de Canal Once. Junto a la Secretaría de Educación Pública (SEP), Héctor Ibarra sacó Tiempo de niños, una barra infantil que en su momento representó como la mamá de lo que hoy es Once niños.

Los guiones de Vega-Gil poseían gran atención pedagógica.

"Había un programa infantil bastante simpático que se llamaba La tía Choni-ta, creo; pero en la primera reunión que yo tuve como productor y realizador del proyecto, me presentaron a los escritores Laura Esquivel y Armando Vega-Gil. Ambos me daban un guión y yo le daba forma al programa, lo editaba y demás. El elenco ya lo tenían seleccionado, Laura y Armando ya tenían a los niños y niñas que participaban allí con ellos, yo entregaba el programa a continuidad y lo sacaban al aire. Armando trabajaba en los gags de niños y La Tía Chonita era un personaje muy creativo, despierto, que lidiaba con los chavitos de manera simpática; había algo que se llamaba rolling gag, que era un gag que se repetía a lo largo de todo el programa, y lo manejaban de forma impecable Armando y Laura.

"Un poco después de esa época empezó él a trabajar también con Andrés Bustamante como parte del equipo de escritores que redactaban los guiones para El Guiri Guiri".

-¿En algún momento llegó a...

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