Ven el paraíso en México

LAS ESCENAS que vio la mexicana Miriam Calleja en Japón parecían sacadas de un filme de corte apocalíptico. Incluso, reconoce no creía que la devastación por el sismo y el tsunami era real.

"Fue terrible ver que no funcionaba nada, que en varios edificios se caían las paredes, que no había transporte, como una película sí, algo que me dejó en shock por varios minutos, algo muy triste", narra.

Eddy Díaz comparte su historia de desesperación y angustia, pues la casa en la que pretendía fincar el futuro para su familia quedó destruida.

"Fue devastador, aunque la sociedad japonesa para salir adelante su manera es trabajar y trabajar, yo sé que saldrán de esta como salieron de la guerra, pero tomará mucho tiempo y yo tenía que pensar en mis hijos, que tenían mucho miedo", señala, entre apapachos de su madre que no paró de llorar.

Así fue uno de los encuentros, después de bajar del avión que trasladó a 80 mexicanos que se encontraban en Japón, fletado por la Secretaría de Relaciones Exteriores.

La incertidumbre de la alerta nuclear, la posibilidad de más sismos y el desesperante racionamiento de comida fueron detonantes.

Marisela Watanabe, radicada en Sendai, señala que tenían que formarse tres horas para que les dieran 12 galletas para los cuatro miembros de su familia.

María Fernanda escuchaba la prensa local y todo parecía en calma, pero una rara calma que la...

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