¿Hay una "verdad" sobre la Conquista en la escena musical? (I)

AutorSamuel Maynez Champion

Así como la imaginaron los romanos, es una virgen que casi nunca se muestra desnuda, y que en las raras ocasiones que se deja ver aparece con una túnica blanca. Enunciaron también que es de una naturaleza escurridiza y que fue madre de Virtus, el numen de la Virtud y sus advocaciones, es decir, Sinceridad, Rectitud, etcétera.

Hay que notar que este mito sintetiza una de nuestras mayores preocupaciones por asirnos a la verdad que ella representa. En realidad no habrá nadie que logre poseerla, y para aquellos que creen vislumbrarla, su imagen se esfuma como vapor chispeante. Vemos, igualmente, que su voluble personalidad ratifica el saber sobre su carácter. Sin medrar en la paradoja, lo único cierto es que hay pocas cosas tan falaces como aseverar que puede acceder-se, en ámbito humano, a una verdad absoluta.

Y ya que empleamos el verbo aseverar, tendríamos que remitirlo a la etimología latina assevere que lo conecta con el adjetivo Verus que, cual descendiente del nombre de la diosa, fue emparentado con persevere (perseverar) y con severus (severo). De la misma raíz surge la verosomiglianza (verosimilitud), y ya en nuestro tema, el verismo, que fue un intento para darle a la ópera un cariz menos ficticio. Hemos de apuntar que esta corriente musical aparecida a finales del siglo XIX deriva de la búsqueda iniciada en el realismo y el naturalismo literario. De hecho, hay quien sostiene que el primer melodrama de este tipo es el que Georges Bi-zet compuso sobre la novela Carmen de Pros-per Mérimée (estrenada en 1875),(1) aunque por tratarse de un producto hecho fuera de Italia es ignorado por quienes alegan que el cauce "ve-rista" nace en 1890 con la Cavalleria Rusticana que Mascagni extrajo de la novela homónima de Giovanni Verga. Caben aquí óperas de Puc-cini e / Pagliacci de Leoncavallo.

Perseverando con la severidad que el asunto amerita, verificamos que Verga, cual representante del verismo literario, adoptó los temas propios de los desposeídos y que, en tanto vendaval estético, para la música implicó alejarse de los temas pseudo-históricos del romanticismo y de los héroes de la mitología. Empero, el intento para hacer más realista al melodrama tuvo una vida corta y sus resultados tampoco convencieron a sus detractores, quienes lo enmarcan dentro del canon del absurdo y lo inverosímil.

Si explotamos lo antedicho, hay varias vertientes para aproximarnos a la verdad histórica. Por un lado, podemos acertar que el término Verdad es una...

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