¿Hay una "verdad" sobre la Conquista en la escena musical? (IV y último)

AutorSamuel Máynez Champion

En aras de que no se nos tilde de hispano-fóbicos, consignemos la lista entera. La primera se tituló Hernán Cortés sobre Méjico, obra anónima estrenada en Madrid en 1768. Le siguió, un año después, Hernán Cortés triunfante en Tlascala del español Antonio Guerrero. Hacia 1782 se escenifica en Barcelona Hernán Cortés en Cholula, de la autoría de Fermín del Rey, y en Madrid, de autor desconocido, Hernán Cortés victorioso y paz con los tlascaltecas.

A partir de ahí surgen los acercamientos italianos al personaje: en 1786 se estrena en Roma la ópera Fernando del Messico de Giuseppe Giordani y tres años después en Florencia Fernando Cortez, ovvero la Conquista del Messico, de Giuseppe Mugens. Al inicio de la siguiente década se pone en Madrid la comedia musical Hernán Cortés en Tabasco, del español Mariano Bernery Bustos, y transcurridos siete años más en Venecia la ópera Fernando nel Messico de Marco Antonio Portogallo (un portugués avecindado en Italia).

A inicios del siglo XIX tiene lugar la siguiente abominación artístico/histórica-perdón, creación operística- que ha sido la única que se ha mantenido en el repertorio, obteniendo, invariablemente, ovaciones y críticas entusiastas (de los públicos europeos, por supuesto). Se trata de la tragedia lírica Fernand Cortez que se estrenó en París en 1809 por orden directa de Napoleón Bonaparte. El italiano afincado en Francia Gaspare Spontini fue el creador de la música, y sobre el reprobable libreto ya tuvimos oportunidad de pronunciarnos (Proceso, 1686), por tanto es mejor proseguir.(1)

En 1823 se añade a los encomios corte-sianos, extrañamente, un inglés. Hablamos del renombrado compositor Sir Henry R. Bishop, quien estrena en el Covent Garden de Londres su ópera Cortéz con poco éxito (no ha vuelto a representarse porque al público británico no le gustó que el conquistador fuera retratado bajo luz benévola). Otros siete años más adelante, es decir en 1830, nace otra vez en Italia el siguiente panegírico musical. Fue la anómala ópera L éroina del Messico, overo Fernando Cortéz del músico Luigi Ricci, quien quiso darle un papel estelar a la "lengua" del conquistador, sin lograrlo del todo. La puesta en escena en Parma pasó inobservada y las incipientes feministas de la época tampoco se sintieron identificadas con una acartonada figura de Malintzin, o donna Marina. Como antepenúltima de la lista tenemos la deslucida ópera Hernán Cortés, del oscuro compositor Ignacio Ovejero, quien la estrenó en...

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