Más viable que nunca, la utopía cardenista: Palou

AutorJudith Amador Tello

Enorme, más vigente que nunca, pero sin inútiles añoranzas, la figura de Lázaro Cárdenas del Río está presente en México, no sólo desde que comenzó a debatirse la llamada reforma energética, sino ahora mismo, cuando tras el primer gasolinazo de este 2017 -en el cual se "festejará" el primer centenario de una Constitución completamente trastocada-han salido a las calles multitudes enardecidas que le recuerdan al gobierno que, pese a todo, "el petróleo es nuestro".

El general Cárdenas es, a decir del escritor Pedro Ángel Palou, el mejor expresidente de México, no sólo por su patriotismo sino por toda la obra política y social que hizo en el país, incluso en Latinoamérica, tras su mandato.

La vida y obra del estadista nacido en Ji-quilpan, Michoacán, el 21 de mayo de 1895, quien falleció el 19 de octubre de 1970 en la Ciudad de México, son el tema de esta novela histórica o historia novelada de Palou, Tierra roja. La novela de Lázaro Cárdenas, publicada por editorial Planeta.

El trabajo literario cobra mayor fuerza en estos momentos porque revela a un hombre de una pieza, capaz de convencer a los mexicanos de su época de la viabilidad de un proyecto de nación en el cual, literalmente, les "hiciera justicia la revolución". La lectura del libro -escrito tras una amplia investigación que incluyó los Apuntes y diarios del general- podría motivar también a los ciudadanos a reflexionar sobre la posibilidad de realizar una nueva utopía.

Miembro de la llamada generación del crack, doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de Michoacán, exsecretario de Cultura de Puebla y exrector de la Universidad de las Américas, a Palou (Puebla, 1966) le atrajo la figura del general porque su régimen fue el último en el país en el cual hubo un pacto entre gobernados y gobernantes:

Hay un estadista a la cabeza con un ánimo utópico, no en el sentido de la utopía del siglo XIX, sino lo que llamo la utopía posible, la idea de que se puede cambiar al país, las condiciones sociales, y cumplir la Revolución mediante una cantidad enorme de esfuerzos para que lo plasmado en la Constitución de 1917 se haga verdad y, aunque parezca un cliché, la Revolución por fin haga justicia.

Es 1934, relata vía telefónica, y Cárdenas percibe que tiene frente a sí un momento crucial en la historia para resolver los problemas ancestrales. De 370 páginas, el libro dividido en 20 capítulos no es una biografía ni una descripción nostálgica del pasado, nadie lee o escribe novelas del género histórico desde esa perspectiva, dice el también autor de Zapata, More-los: morir es nada y No me dejen morir así, entre otras obras:

Nos preocupa el pasado porque queremos entender el presente, porque nos parece que en algo no se cumplió con la tarea. En el caso concreto de este México, estamos viviendo sin el menor contrato social. Hay un absoluto divorcio entre gobernados y gobernantes, el gobierno y los partidos políticos van por su lado y el país por otro, igual las fuerzas productivas. Y es crucial que nos demos cuenta de que se podía gobernar de manera distinta.

El problema, considera, es que en estos momentos no se gobierna para la gente sino exclusivamente para las élites políticas, económicas, religiosas. Ello obliga a ver el contraste con otros modelos en la historia de México y reflexionar por qué y cómo se pudieron hacer bien las cosas en el pasado. El escritor detiene un momento su exposición y añade:

Incluso da coraje, ahora que lo estoy respondiendo parece que tuviera rabia porque casi me está saliendo espuma de pensar que no puede haber un contraste mayor entre el México de Enrique Peña Nieto y el de Cárdenas, entre el gabinete de Cárdenas y el de Peña Nieto, entre los partidos políticos, incluso los de oposición, de la época de Cárdenas y la parti-docracia actual, que lo único que hace es lamer las botas del presidente del país en turno.

Además de contar con un proyecto de Estado y de nación, ajeno a sus intereses personales y los del grupo político que lo impulsó, el general Cárdenas, quien no terminó la educación primaria, ya en la presidencia atacó directamente los intereses creados en torno a los casinos y el juego por Emilio Portes Gil y el mismo Calles.

Para Palou es...

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