La vida de "Pinolito", en "Quebranto"

AutorColumba Vertiz De La Fuente

Fiesco, conocido productor de cine mexicano, ahora debuta como director con este filme, donde aborda la discriminación que sufren las personas de distinta preferencia sexual en pleno siglo XXI. Además, muestra cómo una generación de actores infantiles del cine nacional de los años setenta fueron olvidados; unos ya fallecieron, pero otros se dedican a actividades distintas al espectáculo, de ahí el título.

El joven realizador rememora en entrevista que primero conoció a la mamá de Coral, la actriz freelance Lilia Ortega, en el rodaje de la película de ficción El mago (2004), de Jaime Aparicio; ella se hace llamar doña Pinoles:

Entonces me acordé del actor infantil Pinolito, y le pregunté si tenía que ver con él, y me comentó que era su hijo. Lo llevó un día a las locaciones, y me sorprendió ver a una mujer de un metro 75 centímetros... con vestido y rubia.

Cambio de identidad

-¿Cómo ideó realizar el documental?

-De entrada me llamó mucho la atención cuando las conocí, sobre todo el contraste físico entre ambas. La mamá es una señora mayor y baja de estatura y Coral es muy alta. Después de lo visual me atrajo lo que significaba ser travestí para un personaje como Coral, quien había tenido una carrera pública como actor infantil, y además me sorprendió que haya asumido una identidad a los casi 40 años, es decir, tomar una decisión de ese peso a esa edad significaba mucho más. Era asumir que su vida iba a sufrir una transformación completa ya en su madurez y que enfrentaría de todas maneras una vida llena de estigmas.

Siempre he creído que el travestí entra a un enorme desafió social, aunque en los últimos 10 años hemos vivido una trasformación social, por lo menos en términos legislativos, y esto ha ayudado muchísimo para que entendamos la diversidad sexual de otra manera.

Cuando Coral era Pinolito, intervino en más de 30 películas, como Fe, esperanza y ca-ridad (1974), de Alberto Bojórquez, LuisAlcori-za y Jorge Fons; Los albañiles (1976), de Jorge Fons; Espejismo de la Ciudad (1975), de Julio Bracho, y Los hijos de Sánchez (1977), de Hall Bartlett.

-¿Pero qué pretendía reflejar?

-Me interesaba mucho su vida alrededor del cine. Cuando conocí su casa me di cuenta que era como un templo al cine y a su carrera dentro del espectáculo. Estaba llena de fotografías, carteles y de recuerdos de películas en las que...

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