Un clan de videntes, artistas y contadores de historias

AutorRafael Croda

BARRANQUILLA, COLOMBIA.- Ligia García Márquez ha dormido poco y mal desde que su hermano Gabriel murió, el jueves 17; y no tanto por el dolor del deceso sino porque está esperando verlo.

-Yo veo cosas -dice-. Desde niña he visto a los muertos. Hace muchos años veía a Gabito (como le dice a su hermano Gabriel) tirado en el suelo. No sé qué era eso. Hoy que se murió estoy esperando verlo en cualquier momento porque no se despidió de mí y tiene que venir a despedirse.

Ligia, de 79 años, es la quinta de los 11 hijos que tuvo el matrimonio de Luisa Santiaga Márquez Iguarán y Gabriel Eligió García Martínez. El primogénito fue Gabriel, quien habría de escribir la emblemática novela Cien años de soledad y ganar el Premio Nobel de Literatura en 1982.

En Viuir para contarla, su libro de memorias, el escritor recuerda a su hermana Ligia como una "vidente de natura" que cuando su madre, Luisa Santiaga, le compró a él un gabán de piel de camello que había pertenecido a un senador ya muerto lo previno, en secreto: el fantasma del legislador se paseaba de noche por su casa con el sobretodo puesto.

"No le hice caso, pero más me hubiera valido, porque cuando me lo puse (el gabán) en Bogotá me vi en el espejo con la cara del senador muerto. Lo empeñé por 10 pesos en el Monte de Piedad y lo dejé perder", escribe García Márquez en el único tomo de sus memorias.

Desde su casa en esta ciudad, Ligia, quien profesa la fe mormona, afirma con la voz quebrada que "Gabito estaba sufriendo mucho y nuestro padre celestial se lo llevó, por eso el dolor es menos".

-He estado muy nerviosa estos días -dice entre sollozos a este corresponsal- porque sé que voy a ver a Gabito, pero quiero verlo. No se despidió de mí. Él no me va a hacer nada. Entre nosotros había una conexión muy especial. Me hace mucha falta.

Cuando era niña Ligia comenzó a ver muertos y apariciones pero no recuerda bien las imágenes de sus fantasmas. A los 11 años, con 30 centavos que le dio su papá compró un billete de lotería con el extraño número 0207 y ganó un premio muy importante para esa época: 770 pesos que cayeron muy bien a la economía familiar.

Recuerda que en ese entonces, cuando se levantaba de la cama, apenas al tocar el piso sentía un deseo incontenible de cantar. Interpretaba con buena voz "El cisne", una vieja pieza colombiana sobre un cisne más blanco que un copo de nieve que en un limpio lago tenía su mansión.

Ligia estaba preocupada por lo que ella llamaba sus "desvarios" y se lo comentó...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR