La visita; forma y fondo

AutorOlga Pellicer

El ambiente previo a la visita fue ambivalente. De una parte, el presidente Obama tuvo espacios en la prensa en los que hizo referencia al valor de la relación estratégica con México y alabó los propósitos del nuevo gobierno mexicano al buscar acuerdos políticos para impulsar reformas necesarias. De otra parte, el propósito del gobierno de Peña Nieto de dar nueva orientación a la política en materia de seguridad alentó a diversas voces de las agencias de seguridad estadunidense a filtrar su opinión sobre los peligros que conllevan esos cambios. Diarios importantes de los Estados Unidos, como The New York Times, dedicaron amplios artículos a discutir ese punto de vista.

Esto último no se reñejó en el tono y resultados de la reunión. El encuentro de trabajo entre los dos presidentes fue breve (no más de dos horas para pláticas sustantivas). Sin embargo, una buena labor preparatoria permitió poner sobre la mesa resultados concretos sobre nuevos temas. Haberlo logrado, dejando en la penumbra los temas más difíciles, como era precisar los nuevos términos de la cooperación en materia de seguridad, fue un acierto, sobre todo para la parte mexicana.

Para dar el tono a una agenda nueva, los presidentes anunciaron el establecimiento de mecanismos de trabajo binacional destinados a poner en pie proyectos de cooperación en materia económica y de educación, ciencia y tecnología. Cabe recordar que la ausencia de un andamiaje institucional que condujera las relaciones gubernamentales fue uno de los puntos más débiles de la relación entre los dos países durante los años del PAN.

El mecanismo de mayor peso que se ha establecido es el Grupo Binacional de alto nivel para dialogar y buscar acuerdos sobre cómo acompañar los esfuerzos del sector privado para lograr una mayor integración económica. La pertenencia a este grupo del vicepresidente Biden da una idea del nivel de compromiso que se le quiere dar. El grupo tendrá una primera reunión el próximo otoño.

Lo que distingue en estos momentos la vinculación económica entre México y Estados Unidos no es sólo la intensidad del comercio sino la integración productiva que se da en ciertos sectores como el automotriz, el de autopartes y el ae-roespacial. Los productos exportados por México tienen un alto contenido de componentes estadunidenses y viceversa. Partiendo de esa situación, la meta sería incrementar la participación de México en las exportaciones a terceros países, sobre todo los asiáticos.

La existencia...

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