Vivir con miedo

AutorEileen Truax

LOS ÁNGELES.- La voz de Norma es suavecita, casi como un susurro. A sus 18 años habla con alegría, pero también como si deseara pasar inadvertida. Norma estudia, trabaja y trata de hacer su vida como cualquier joven de su edad; sin embargo, siempre siente sobre ella una sombra de temor. Si sus amigos hacen algo que pueda llamar la atención de la policía, se pone nerviosa. Circular por ciertas áreas, viajar a ciertos lugares, realizar ciertas actividades, es un riesgo que evita. Norma es indocumentada, y el hecho de saber que en cualquier momento puede ser identificada por la autoridad, arrestada y deportada, ha marcado todos los días de su vida desde que tiene memoria.

Esta situación es una realidad cotidiana para 12 millones de personas que viven sin documentos en Estados Unidos, y afecta particularmente a los jóvenes que ven limitadas sus opciones en el momento determinante de su vida: cumplen la mayoría de edad, se enfrentan a la planeación de su futuro y encuentran que cualquier decisión -estudiar, trabajar, viajar, conducir un auto- está restringida, marcada por su condición de indocumentados.

Ante este problema padecido por miles de ellos en sus comunidades, un grupo de jóvenes investigadores realizó el estudio Indocumentados y sin seguro de salud (Undocumented and Uninsured), para determinar el impacto que tiene en la salud física y mental de los muchachos indocumentados la constante preocupación por su estatus migratorio.

Los resultados fueron reveladores: 69% de los encuestados carece de acceso a servicios de salud, aunque 71% dijo necesitarlos. De quienes sufren una enfermedad, la mitad respondió que no acude al médico por no tener un seguro de salud o por temor a que le pregunten su condición migratoria, y 58% dijo utilizar internet para buscar información sobre las alternativas que les permitan resolver sus problemas de salud.

Para obtener estos resultados, 34 en-cuestadores, dirigidos por tres coordinadores que forman parte del proyecto Healthy California, impulsado por el grupo Dream Resource Center de la Universidad de California Los Angeles, conversaron con 550 jóvenes entre 18 y 32 años en ese estado. Y a fin de lograr un mejor acercamiento, pusieron una condición: todos los involucrados en la investigación debían ser también indocumentados o haberlo sido en alguna etapa de su vida.

"Lo que encontramos es que nuestra situación no ha cambiado en los últimos años", explica Alma Leyva, una de las coordinadoras del estudio. Y...

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