Washington, atrapado en Guantanamo

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- "El estado de salud de Na-bil es cada vez más preocupante. La última conversación telefónica que tuvo con Tara Murray, su abogada estadunidense, fue el 17 de abril. Se notaba agotado y desesperado. Dijo que los enfermeros le infligen dolores terribles cada vez que lo alimentan a la fuerza. Detalló cómo lo atan de brazos y piernas a una silla 'que se parece a una silla eléctrica', según sus palabras, y cómo le meten una sonda nasogástrica." Habla Sylvain Cormier, abogado francés, quien junto con su colega Joseph Bre-ham intenta sacar a Nabil Hadjarab del infierno de Guantanamo.

Breham precisa: "Mantienen a Nabil atado a su silla hasta dos horas después de su alimentación forzada para impedir que vomite".

Hadjarab es uno de los 100 presos de Guantanamo que iniciaron una huelga de hambre el pasado 6 de febrero. Hostigados por los soldados que buscan quebrar su protesta, los huelguistas se amotinaron el 13 de abril: Con cobijas taparon las ventanas y las cámaras de vigilancia de sus celdas y se enfrentaron físicamente con los guardias. Las represalias no tardaron. El mismo día los reos fueron trasladados a celdas individuales y sometidos a un muy drástico régimen de custodia.

Días más tarde las autoridades ordenaron que se alimentara a la fuerza a los huelguistas de hambre cuya salud peligraba. Hadjarab fue uno de ellos. Empezó a ser intubado el 22 de abril.

"Nabil perdió 20 kilos durante las primeras semanas de su huelga de hambre", recalca Cormier. "No sabemos cuánto tiempo más aguantará".

Breham tercia: "Esa manera violenta de alimentar a los presos contra su voluntad es una auténtica tortura. Es un castigo y una presión para que suspendan su movimiento. Pero reñeja también el pánico de las autoridades estadunidenses ante la perspectiva del escándalo político internacional que provocarían los fallecimientos de los huelguistas.

"Por si fuera poco, igual que muchos otros detenidos, Nabil está ahora sometido a una 'vigilancia antisuicidio'. Su celda tiene una puerta de vidrio. Está bajo observación permanente. Cada media hora, de día y de noche, sus carceleros lo sacuden, supuestamente para verificar que sigue vivo", agrega.

El detonante de la protesta fueron unos cáteos en sus celdas que los detenidos calificaron de particularmente brutales y durante los cuales los guardias no respetaron ni el Corán. Las autoridades de Guantána-mo niegan esas acusaciones.

Subraya Cormier: "Poco importa saber cuál fue la gota que derramó el vaso. Lo que motiva esa protesta tan radical es la falta total y absoluta de perspectiva de los 166 presos que aún permanecen en Guantánamo".

Resalta Breham: "Desde hace varios años, 86 detenidos han sido declarados aptos para...

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