Yihadistas libres, pesadilla europea

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- La ofensiva militar lanzada por Turquía en el norte de Siria entre el 9 y el 12 de octubre, el acuerdo pactado el 22 del mismo mes por los presidentes Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan sobre el control ruso-turco de la frontera sirio-turca, la incipiente reconquista del noroeste de esa misma frontera por Bashar Al-Asad y la ejecución de Abu Bakr al-Baghdadi por fuerzas especiales estadunidenses en la provincia de Erbil, rompieron el frágil equilibrio que las fuerzas kurdas de las YPG (Unidades de Protección del Pueblo) habían logrado establecer en Rojava, el Kurdistán sirio.

Pese a la presencia de numerosas patrullas militares rusas se multiplican los roces entre soldados turcos y sirios y exacciones de milicias sirias aliadas de Ankara contra la población kurda que huye masivamente hacia el Kurdistán iraquí.

Pero más que las tragedias humanitarias que se avecinan en la región, lo que siembra pánico en el llamado Grupo de los Siete (Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Holanda y Suecia) es la suerte de sus nacionales que combatieron en las filas del Estado Islámico (EI) y actualmente están encarcelados en prisiones kurdas (en el caso de los hombres) y en campos de detención (en el de sus esposas e hijos).

Hace meses que los más altos responsables de los servicios de seguridad europeos, así como el Consejo de Seguridad de la ONU y Agnes Callamard, relatora especial de las Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales -sin hablar de Do-naldTrump y de las autoridades kurdas de Siria-, instan a los gobiernos europeos a que repatrien a "sus" yihadistas y que los persigan ante su propia justicia.

La mayoría de los detenidos, tanto hombres como mujeres, son objeto de órdenes de detención internacional y están expuestos a largas penas de cárcel por pertenecer a una organización terrorista, entre otros delitos.

En el caso de los menores de edad -insisten Callamard e instituciones internacionales y ONG de defensa de los derechos humanos-, urge salvarlos de las condiciones infrahumanas en las que sobreviven y confiarlos a instancias especializadas.

Sin embargo, asustados por la hostilidad de sus opiniones públicas hacia los combatientes del Estado Islámico (EI) y sus familias, los gobiernos del Grupo de los Siete optaron por dejarlos en el Kur-distán sirio e intentan volver a negociar su traslado a Irak para que sean enjuiciados en ese país.

"Vertedero de yihadistas"

Las autoridades kurdas de Siria aseguran que han...

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