En Zacatecas, radiografía del horror

AutorVerónica Espinosa

CALERA, ZAC.- Antes de llegar a Río Frío, la carretera que sale de la cabecera municipal marca un camino de terracería que termina en el predio Las Negritas, un relleno sanitario convertido hoy en un inmenso crematorio clandestino para las víctimas de la guerra emprendida por el gobierno federal contra el narco.

Ahí la humareda es permanente; ahí también se localizó la primera narcofosa similar a las de San Fernando y Durango, con miles de minúsculos fragmentos de huesos humanos de las víctimas de los sicarios que merodean por los territorios en disputa.

Un grupo de arqueólogos y peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado y alumnos de Criminología de la Universidad Autónoma de Durango (campus Zacatecas) llevan dos meses intentando reconstruir el escenario para determinar cómo fue la matanza en el predio Las Negritas.

Aquí, dicen, no entraron retroexcava-doras ni palas, como en San Fernando y Durango. ¿La razón?: Cientos, miles de pequeños fragmentos de osamentas humanas enterrados y semienterrados en medio de montones de huesos de mango, cáscaras de fruta y otros desechos tienen el color y el olor de la ceniza. Están calcinados.

No se sabe desde cuándo; tampoco se dice quiénes los ejecutaron. Aunque no hay que adivinar mucho, pues alrededor del lugar se encontraron cientos de cas-quillos y balas.

No hay más sombra que la de algunos huizaches y nopaleras en los alrededores; también una derruida construcción de adobe sin techo, desde donde policías ministeriales vigilan las labores forenses. Lo hacen sólo durante el día, porque de noche, como ocurre en diversos puntos, Zacatecas es de nadie.

La entidad está vulnerada por la incapacidad del gobierno que encabeza el priista Miguel Alonso Reyes -cuyo gabinete de seguridad se encuentra en crisis y sus policías son insuficientes o carecen de certificación- y endeudado por la construcción de tres bases del Ejército que, como cuota mínima, debe pagar para la salvaguarda de los zacatecanos.

La más grande de las bases se levanta ya en Fresnillo -ocupa el doble de superficie que la Zona Militar de Guadalupe-. El 6 de septiembre, cuando colocó la primera piedra en Fresnillo, Alonso Reyes anunció que su gobierno destinará 600 millones de pesos a las tres sedes.

Los grupos que se disputan el territorio -Los Zetas y los cárteles Unidos y del Golfo- se desplazan en caravanas de lujosos vehículos por las carreteras del sur del estado, por Fresnillo, por Villanueva, por Mazapil.

Es común que sicarios de los cárteles Unidos y del Golfo entren a las plazas y adviertan a los uniformados y a la población que acaban de exterminar a sus rivales de Los Zetas. Así lo hicieron el pasado 10 de septiembre en...

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