Zona Submetropolitana / La vieja tierra

En el fin de una era marcada por la irracionalidad y el despilfarro de recursos; en los límites del devenir histórico de la humanidad sobre le Planeta, la Tierra, la vieja y querida Tierra; esa eterna compañera de los sueños infantiles que nos ubica en una pequeña porción del universo; la misma Tierra que nos alimenta, nos cobija y nos da vida... parece estar muriendo... poco a poco... con nosotros...

Con todos nosotros: millones, cientos y miles de millones de seres humanos, que cada día sumamos a otros 250 mil niños más sobre su superficie; que le exigimos la necesidad de proveer de los elementos básicos de sobrevivencia: agua, aire, alimentos, casa y vestido para más de 80 millones de nuevos seres en tan sólo un año... gentes de todos los orígenes sociales, de todas las razas, de todos los credos... provenientes de todos los países... esta Tierra, nuestra querida y vieja Tierra, está a punto de llegar a los límites naturales de su capacidad de aguante.

En tan sólo cuarenta años, de 1960 al año 2000, la población mundial se duplicó y pasó de 3 mil a más de 6 mil millones y, si no se alteran las tendencias demográficas actuales, para el año 2050 sumaremos alrededor de 8 mil novecientos millones de humanos... generando demandas, demandando satisfactores, tratando de satisfacer nuestras necesidades; necesitando hoy, más que nunca antes, replantear nuestra vida, nuestras formas de vida y sobrevivencia en el Planeta, con todo el conocimiento que ya tenemos de nosotros y de nuestras debilidades y aberraciones, entre las cuales sobresale el hecho de que, en promedio, cada habitante del planeta genera un kilo de basura al día.

Es poco factible que la Tierra, nuestra querida Tierra, pueda producir los alimentos suficientes para mantener a diez mil millones de seres humanos por tiempo indefinido, y de la misma forma cada vez se reducen más los espacios en donde poder almacenar todos los millones de desechos que se generan... así que estamos muy cerca del umbral en donde la falta de recursos naturales y la multiplicación de los problemas ambientales podrían marcar el inicio del fin de la historia humana, si no actuamos en consecuencia.

En medio de las cifras y los cálculos de esta cruda y oscura visión del futuro, las incontables legiones de pobladores que deambulan por el mundo, con sus costumbres, con sus consumos, con sus estilos de vida, con sus deseos y con la profunda superficialidad de muchos de nuestros hábitos, nos llevan a preguntar...

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